Filósofa de poca monta con aspiraciones por encima de las estrellas, ego incalculable y un aburrimiento más grande que el puchero de una abuela.
viernes, 2 de octubre de 2015
En filosofía hay pocas mujeres
Lo cual me parece bastante... ¿fuerte? Posiblemente no sea el mejor adjetivo, pero a falta de uno que ahora se me venga a la cabeza lo dejaré así. Es bastante curioso, y sólo hace que tenga más ganas de entrar a formar parte de la comunidad docente universitaria para demostrar que las mujeres también podemos hacer filosofía.
Porque esa es otra. Pocos son los profesores que te hablan acerca de la aportación femenina a la filosofía, y hay filósofas y se puede hacer algo más que un seminario sobre "filosofía feminista", porque no todas las mujeres se dedicaron a hablar sobre feminismo.
Si se piensa bien, pocas mujeres docentes en la carrera de filosofía solo puede reflejar pocas mujeres como estudiantes de filosofía, sin embargo, en mi clase hay bastantes mujeres, y conozco a más chicas estudiantes de filosofía que a más chicos, por lo que sólo me cabe pensar que las mujeres o es ahora cuando se dedicen a entrar en la carrera de filosofía, o muchas se han perdido por el camino. (Y con perder no quiero decir que les haya pasado cosas malas, quizás que encontraron trabajo fuera del ámbito de la docencia).
Aún así, me gustaría saber vuestra opinión acerca de las mujeres dentro de la comunidad universitaria, porque siempre me parece bastante interesante saber de vuestras experiencias en vuestras propias carreras, quizás podamos llegar a una conclusión acerca de qué ocurre en la universidad que poco parece, a simple vista, a traer a las mujeres.
jueves, 1 de octubre de 2015
Fall in love en 45 minutos
Que bonito es ver gente bonita en el tren y pensar cosas sobre sus vidas teniendo solo como referencia una primera visión.
Esa gente que tienen sus vidas, y por 45 minutos tomas una porción de estas para recrear un universo alterno. Tomas un mero viaje en tren, algo coincidente en ambos universos, y piensas en algo que seguramente nada tiene que ver con la realidad que se vive.
Piensas, meditas en hablarle, quizás porque lea algo que tú conoces, o porvla chapa que lleva en su mochila. Tenéis más en común que con el resto de viajeros. Piensas en qué puede estudiar. Dónde puede trabajar. Que hace con su vida cuando abandona ese tren para volver a la vida real.
Para volver a su verdadero universo, mientras tú también vuelves al tuyo.
Son solo 45 minutos. Pero te parecen una vida. Una vida que no es tuya.