Realmente, estar en visperas de Navidad, y tener que estudiar es algo muy normal, sobretodo en ultimo año de instituto.
Estudiar, apenas comer o dormir se habían convertido en una rutina. Los libros y los apuntes se habían convertido en mis mejores amigos. Repasar en clase era una actividad casi clandestina, por la que te podían echar de la clase. Y lo peor de todo era no poder faltar.
Los profesores locos parecian acumularse justo en el curso más importante y lo peor de todo era la constante tortura con solo una palabra: "Selectividad".
Y aun quedan seis meses, ¿Cómo los podré aguantar?
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