Filósofa de poca monta con aspiraciones por encima de las estrellas, ego incalculable y un aburrimiento más grande que el puchero de una abuela.
jueves, 27 de septiembre de 2012
Cuando es más que suficiente
Hace menos de una semana he pasado de ser una alumna como cualquier otra, a formar parte de esa gran familia que es la universidad. Gran familia, en especial en tu facultad. ¿Qué se cabe esperar cuándo te cambias de ciudad, e incluso de provincia al entrar en la universidad? ¿Hacer amistades pronto? ¿Qué el sitio sea bueno? ¿Que haya buenos profesores?
Lo cierto es que ya lo tengo todo. Hice amigos de manera fácil, para mi sorpresa, siempre he sido demasiado anti-social, y me sorprende verme hablando con el resto de compañeros de clase, e incluso de la clase de en frente, pero bueno... Se supone que ya en la facultad es mucho más fácil ese complejo paso de acercarte a alguien, por el simple hecho de que todos vamos allí con unos intereses más o menos comunes.
El sitio es bueno. Comunicado y conocido. Sin duda, nunca pensé que iba a ir a estudiar a un lugar tan estupendo. Ni en años, pero aquí estoy.
¿Profesores? Algunos han publicado libros y libros conocidos, por lo que no son unos Don Nadie.
Así que sin duda, puedo decir que mi comienzo de curso ha sido demasiado mejor de lo que esperaba.
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