Filósofa de poca monta con aspiraciones por encima de las estrellas, ego incalculable y un aburrimiento más grande que el puchero de una abuela.
jueves, 25 de octubre de 2012
Al Loco de la Estación
Querido Personaje que estaba en la estación del Metro de Ciudad Universitaria;
Sinceramente, cuando te vi el día anterior parado allí, con dos cartones en tus manos, y propagando algo que sinceramente no creía, pero bueno, te respetaba, y pasaba de esas frases que decían que "Satán es nuestro padre" o yo que sé que más.
Sin embargo, cuando esta mañana, a las ocho en punto que era, dormida como estaba, y de camino a la Facultad de Filosofía, te vi gritar "¿Estáis preparados para la destrucción?" -O para morir, sinceramente, no escuché bien-, sentí que no podía haber otro tema mejor para pensar en el camino que tengo de unos cinco minutos.
¿Crees que a esa hora es normal ponerse a gritar algo de ese estilo? Me parece que has tenido un propósito oculto detrás, y era el de poner a las personas, medio dormidas y con el cerebro en Stand by, a pensar acerca de los temas que a ti te interesaban, como si supieras que el cerebro en ese estado no es capaz de pensar con claridad.
Por mi parte, lo habías conseguido, me fui todo el camino pensando, hasta la Facultad, que no podía empezar de otra manera mejor mi primer día de Seminario...
Pero ya lo que me ha rematado, fue que a las tres de la tarde, cuando volvía al metro, volver a verte, pero esta vez calladito, mostrando de nuevo esos carteles, ¿por qué no gritabas a esa hora, eh?
De todas formas, me animaste la mañana por que me sacaste unas carcajadas con unas compañeras que no se creían aquello que yo acababa de ver.
Atentamente.
Una de las chicas que salieron corriendo y ni siquiera sacó su móvil para grabar el acontecimiento.
lunes, 15 de octubre de 2012
Cuando sentirte infantil es la felicidad más pura
El sábado acudí con un grupos de amigos al Museo El Prado, Madrid. Bien, pues me sentí como una niña. Supongo que aquí, acudir al Prado, es como en Málaga, acudir al Picasso, algo que cada colegio hace un año sí y otro, según como esté la economía, también. Pues bien, para mí, que fue mi primera vez, y vengo de un segundo de Bachiller donde me rompí los codos para poder sacar la asignatura de Historia del Arte, fue toda una experiencia que nunca se me olvidara. El ir de sala en sala, admirando cuadros y escuchando o incluso acordarme de todas esas enseñanzas... sin duda fue una bella tarde, y más por que no tenía ni idea de que la Mona Lisa pintada por un discípulo de Leonardo se encontraba en el lugar, (bueno, alguna constancia tenía, pero sinceramente, no se me vino a la cabeza hasta que la vi). Y puedo asegurar que cuando la vi, me sentí como una niña pequeña ante cualquier objeto deseable. Por suerte, pude conformarme con la replica que vendían en la tienda de artículos, en la que por cierto, tuve cierta maña para poder colarme cuando estaban a punto de cerrar.
Sin duda, me avergüenza saber que cientos de jóvenes madrileños, teniendo tan cerca un lugar tan maravilloso como ese, no se dignen a pasar por el más a menudo. Si fuera por mí, hubiera acudido al lugar mucho antes.
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