Filósofa de poca monta con aspiraciones por encima de las estrellas, ego incalculable y un aburrimiento más grande que el puchero de una abuela.
jueves, 25 de octubre de 2012
Al Loco de la Estación
Querido Personaje que estaba en la estación del Metro de Ciudad Universitaria;
Sinceramente, cuando te vi el día anterior parado allí, con dos cartones en tus manos, y propagando algo que sinceramente no creía, pero bueno, te respetaba, y pasaba de esas frases que decían que "Satán es nuestro padre" o yo que sé que más.
Sin embargo, cuando esta mañana, a las ocho en punto que era, dormida como estaba, y de camino a la Facultad de Filosofía, te vi gritar "¿Estáis preparados para la destrucción?" -O para morir, sinceramente, no escuché bien-, sentí que no podía haber otro tema mejor para pensar en el camino que tengo de unos cinco minutos.
¿Crees que a esa hora es normal ponerse a gritar algo de ese estilo? Me parece que has tenido un propósito oculto detrás, y era el de poner a las personas, medio dormidas y con el cerebro en Stand by, a pensar acerca de los temas que a ti te interesaban, como si supieras que el cerebro en ese estado no es capaz de pensar con claridad.
Por mi parte, lo habías conseguido, me fui todo el camino pensando, hasta la Facultad, que no podía empezar de otra manera mejor mi primer día de Seminario...
Pero ya lo que me ha rematado, fue que a las tres de la tarde, cuando volvía al metro, volver a verte, pero esta vez calladito, mostrando de nuevo esos carteles, ¿por qué no gritabas a esa hora, eh?
De todas formas, me animaste la mañana por que me sacaste unas carcajadas con unas compañeras que no se creían aquello que yo acababa de ver.
Atentamente.
Una de las chicas que salieron corriendo y ni siquiera sacó su móvil para grabar el acontecimiento.
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