Buenas tardes, bichitos.
A escasos días de que empieza oficialmente para mí el nuevo curso, se me vuelve a plantear el dilema de que vuelvo a ser nueva. Hace dos años empecé en un nuevo medio, la universidad y en un nuevo habitad, Madrid. Esta vez empiezo en un medio que ya me es conocido, la universidad ya no supone ningún reto para mí, y en un habitad más que conocido, mi ciudad de toda la vida. ¿El problema? Empiezo dos años adelantada. Sí, empiezo de nuevo primero, pero teniendo todos los conocimientos de haber estado estudiando dos años de carrera. ¡Olé! El motivo es el sistema educativo superior, rama universidad.
Me explico...
¡No me convalidad casi ninguna puta asignatura de las veinte que he dado! Que se dice pronto. Pero es la verdad. Me convalidaría, posiblemente dos o tres, y el resto ¡nada! Además de que posiblemente el dinero que me iba a costar el convalidarme las asignaturas sea más caro que lo que me va a costar matricularme en las mismas en la nueva universidad. Por no hablar de que quizás me denieguen la convalidación por ser una chaquetera que se fue a otra comunidad a estudiar y ahora vuelve a la que le corresponde. No me preguntéis, cosas más raras he visto en las universidades. Darían para una entrada entera y posiblemente tendría que dividirla porque me quedaría sin caracteres.
El caso es que ser, posiblemente, más mayor que el resto de mis compañeros es algo que ya no me preocupa, aunque siempre he sido de las más pequeñas en clase, puesto que cumplo en noviembre, digamos que pocas veces he tenido la misma edad que mis amistades, o son más mayores o son más pequeñas. ¡Nunca de mi jodida edad! Ya lo tengo superado. En realidad no.
Y los posibles grupitos que vengan del instituto no es algo que tampoco me preocupe. ¡Estudio filosofía! ¡Solo hay una jodida clase en toda la facultad! ¡No va haber grupitos! Eso es algo que ya tengo asumido. Porque nadie en su sano juicio se mete en filosofía. -Haceros a la idea de cómo de mal estoy, he elegido filosofía por segunda vez para estudiar-.
Lo que más me preocupa, irónicamente, es el hecho de tener más conocimiento. De que posiblemente, aunque no sean las misma asignaturas, tengo más idea de lo que hay que hacer en filosofía. Me asusta más el que los profesores se me queden mirando sorprendidos porque conozco más autores, he leído más cosas, o me interesan cuestiones que otros alumnos, que acaban de comenzar, no se han podido plantear.
Puedo pecar de presuntuosa, de pedante y de cualquiera otro sinónimo para ésto, pero es algo inevitable. Sobretodo cuando mi mejor amiga que estudia en la facultad de al lado me ha contado que escucha a esos alumnos de filosofía quejándose de una materia que yo la he aprobado con buena nota.
Me preocupa más eso que mi idea de entrar a esa universidad, cero concienciada con el movimiento estudiantil, y revolucionarla. En todos los cimientos.
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