Filósofa de poca monta con aspiraciones por encima de las estrellas, ego incalculable y un aburrimiento más grande que el puchero de una abuela.
jueves, 22 de noviembre de 2012
Una mano para aquellos...
Esta entrada no es una protesta. Es un elogio a aquellas personas que hacen de su trabajo una vocación. Hoy, acudí a la librería que se ha convertido en habitual para mi, la que está en mi facultad, en busca de un libro que llevo buscando desde hace algunos años y que gracias a la Biblioteca me di cuenta de que realmente existía en español. Pues bien. Allí no estaba. Por ello, conocedora de que el autor, Federico II de Prusia, era un rey, que su obra era una crítica al Príncipe de Maquiavelo, y que era algo relacionado con las leyes, me acerqué a la Facultad de Derecho.
Allí me planté delante del panel de guía, cuando se me acercó un joven con carpeta en su mano que seguramente trabajaba para el banco y buscaba a jóvenes novatos para hacerles una cuenta y miles de cosas más. Sinceramente, ni me lo explicó, en cuanto le dije que no era de allí y estaba medio perdida, me echó una mano, le preguntó a un señor que pasaba, quien casualmente trabajaba en la librería del lugar.
Mientras me llevaba a la librería, le conté mi odisea, llevaba dos años buscando aquel libro, y venía de la Facultad de Filosofía. Tras una cola, me atendieron, me buscaron varios tomos, pero todos eran del Príncipe de Maquiavelo, yo quería su refutación, se lo expliqué y llamaron a otro señor que debía de ser más experto, quien tras buscarlo y decir que no estaba, me aseguraron que iban a llamar en aquel momento a librerías para saber si estaba, y así ocurrió. Contactaron con una librería que lo tenía y me guardaron un ejemplar, que ahora poseo en mis manos.
Sin ninguna duda, bien aquellas personas, si fueran unas amargadas, o no les gustase su trabajo, me podrían haber dicho perfectamente, "no, no lo tenemos". Y punto. Sin más. Pero no. Buscaron librerías y llamaron para saber, luego me indicaron como se llegaba hasta ella, me dieron todos los datos necesarios. Fueron muy simpáticos. Así da gusto acudir a sitios así.
Sin ninguna duda, hasta el momento no tengo ninguna queja acerca del personal que trabaja en la universidad, más bien todo lo contrario. Hacen sobrellevar mejor aquella pesada carga de estudiar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario