La pregunta por el verano es obligatoria en todos los sentidos a la vuelta a clase, da igual que estés en el colegio, en el instituto o en la universidad. Siempre que llega el primer día es obligatorio preguntarle a toooodo el mundo con el que compartes clase cómo le fue el verano y qué hicimos.
En mi caso es sencillo. Salí con amigos, subí a Madrid y... ¿escribí un blog? Realmente, es lo que he hecho este verano, ¿no? Y es lo que me ha mantenido ocupada durante una gran parte como es todo un mes, una pizca de otro y gran parte de septiembre, porque a finales de ese mes empiezo las clases y entonces no se podrá decir que siga estando en verano...
Pero sí, ¿qué tan importante de señalar es algo que te ha mantenido tanto tiempo pendiente y a lo que le dedicas tiempo?
A veces, tenemos la manía de quitarle importancia a las cosas que significan de verdad algo para nosotros. Y quizás es porque no nos "dedicamos" a ello. Es decir, cada vez que hablo con mi madre de ésto, ella lo único que me pregunta es "¿cuánto has ganado?", cuando no se da cuenta de que no escribo ésto para ganar dinero. De que es un método con el que me relajo y que puedo utilizar para descargar sentimientos.
De igual modo pasa con muchas cosas que realizamos, pero que realizamos por nosotros mismos. No por alguien más, no para ser alguien, simplemente porque queremos hacerla. Porque lo necesitamos hacer para estar conformes con nosotros o para avanzar en nuestra vida.
Vivimos en una sociedad en la que pretendemos comerciar con lo intelectual, y se está consiguiendo, podemos vender nuestros cerebros si así lo deseamos.
Pero, ¿eso es lo verdaderamente importante?
Asi que sí, este verano lo dediqué a escribir un blog, y no. Lo hice solo porque quería hacerlo y demostrarme que era capaz de hacer algo, y eso es mucho más importante.
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