Hoy, pese a las numerosas campañas en contra del maltrato animal, pese a los numerosos actos, y pese a las normativas existentes en el país, se ha cometido un asesinato. Y ya no sólo contra un animal inocente, sino contra la propia humanidad.
Hoy se celebraba en España, en la localidad de Tordesilla, esa festividad que tanta vergüenza ocasiona tanto a los españoles como a la comunidad internacional. Hoy se lanceaba a un toro hasta la muerte, hoy se podía escuchar en los medios de televisión que "Había llevado una buena vida", y ¿por eso se merecía morir?
Hoy los políticos no han hecho nada, pese a la presión nacional, y pese a que todos los medios internacionales no nos quitaban los ojos, ante la semejante barbarie que se vive todos los años. ¿De qué sirve las numerosas campañas contra el maltrato animal que llevan a cabo los distintos partidos si a la hora de verdad, hoy, Rompesuelas ha muerto y nadie podrá devolverlo a la vida.
Hoy un animal ha festejado el ser el ganador de perpetrar tal asesinato contra un toro. Hoy la humanidad está de luto, porque alguien que se hace llamar su congénere ha vuelto al paleolítico, dándole la muerte a un animal por el simple disfrute de otros pocos cavernícolas.
Cavernícolas que no solo han pedido la muerte del toro, sino también de los activistas que hoy han querido acercarse a la población para evitar que el ser humano baje un nuevo escalón en la evolución.
Hoy, los medios de distintos países abriran con la deshumanización que se da en España, hoy seremos la vergüenza del mundo. Hoy, mientras el mundo lucha porque el año que viene no vuelva a ver otro Rompesuelas, asesinado por el disfrute de unos cuantos que creen que la cultura debe estar relacionada con derramar sangre de inocentes, una localidad, Tordesilla, está de fiesta. Demostrando, una vez más, que el ser humano es el peor animal que existe sobre la tierra.
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