¡Buenos días, bichitos!
Esta semana he estado muy liada con cosas de la universidad, aunque el lado bueno es que he sacado un 8 en un trabajo. Hacía tiempo que no sacaba una nota tan buena. Y no es realmente buena, pero me siento orgullosa.
Pero no he venido ha contaros mi nota en la carrera. Sino el hecho de que anteanoche (antes de anoche... Cómo sea), mientras estaba en la cama a punto de quedarme dormida se me ocurrió una entrada para blog que olvidé a la mañana siguiente y sigo sin saber de qué se me había ocurrido hablar. Y es horrible.
Es horrible porque tenía la entrada completa, como iba a empezar, como iba a terminar y todo lo demás... Y no quise coger el móvil para escribirla porque estaba muy cansada de todo el día y claro mi intención era acordarme a la mañana siguiente, porque siempre me suelo acordar.
Pero se ve que el estar muy cansada y con la mente ocupada en mil cosas que no ha podido retener esa pequeña idea. Estúpida mente. Que no es lo mismo que estúpidamente. Lo que son las palabras.
En otras instancias... ¡Llevo el nanowrimo regular! Esta semana no he podido escribir nada y ahora me encuentro que tengo que escribir en el fin de semana como... ocho mil palabras más o menos. Miento, como nueve mil, puesto que incluyo lo que tengo que escribir mañana... Así que tengo que ponerme a escribir en estos dos días como una loca.
Y la mierda es que no sé porqué tienen que hacer de noviembre el mes de TODAS las cosas.
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