Actualmente, cuando se habla del feminismo, la gente sólo se queda en el movimiento feminista que empezó en el siglo XX, olvidándose del origen de todo, olvidándose de todo el movimiento anterior, olvidándose de esas mujeres, y de esos hombres, que lucharon por una igualdad.
Se olvidan de esas mujeres que realizaban labores de hombres, como las mujeres que pintaban, como las mujeres que capitaneaban ejércitos, o las mujeres que gobernaban países.
Se olvidan de Christine de Pizan, nacida en el 1364, la primera mujer escritora reconocida, que en sus obras metía debates polémicos de la época, y es conocida por reivindicar los derechos de las mujeres, os recuerdo, el siglo XIV.
Se olvidan del preciosismo, el movimiento que se situa en un momento anterior a la revolución francesa, (siglo XVII), y llevado a cabo solo por mujeres de alta sociedad que se dedicaban a la vida intelectual como es escribir poemas, y a cuyas reuniones pocas veces dejaban entrar a los hombres, y a veces, si dejaban que entraran, se burlaban de ellos.
Se olvidan de Poulain de la Barre, un joven cura cuyas ideas se situan antes de la Ilustración y que luchaba por la igualdad de sexos.
Se olvidan de Olympe de Gouges, que vivió durante la Ilustración y la Revolución francesa, autora de la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana. Mujer que murió guillotinada buscando no solo la igualdad entre sexos, sino que también luchaba contra el racismo que había en la época. Fue callada por hablar.
Se olvidan de Mary Wollstonecraft, quién escribió las Vindicación de los Derechos de la Mujer, con el que buscaba la igualdad de ésta.
Se olvidan de tantas cosas, que actualmente, cuando vemos un texto feminista, podemos hasta pensar que las sufragistas o las Guerrillas Girls fueron las verdaderas promotoras, allá por el siglo XX. Cuando la realidad es que existe todo un movimiento anterior, del que pocas veces se habla.
Buenas noches.
ResponderEliminarLo primero de todo: mis felicitaciones por este artículo. Me ha abierto completamente los ojos, pues he de admitir que me hallaba entre aquella gran mayoría que situaba los orígenes del feminismo a principios del s. XX. Quizás conocíamos algunas de estas incansables luchas por la igualdad de sexo que se situaran en tiempos anteriores, pero nuestros libros de historia y nuestra falta de reflexión en el tema no nos haría verlo.
Pero, ¿y si esos libros y demás fuentes de información no nos mentían del todo? ¿Y si, realmente, se referían a ese origen del feminismo como "aumento del auge"? Es decir, ya existía desde tiempos anteriores, pero la gente comenzó a darle importancia mucho tiempo después, por lo que se podría denominar como un segundo nacimiento, un segundo origen. Quizás podría poner como ejemplo la efímera popularidad del ébola: enfermedad que se lleva tantas vidas en el continente africano desde la década de 1970; si no me equivoco; y que no comenzó a ser popular, no "surgió" hasta este último año, cuando ésta contagió a los primeros habitantes del primer mundo.
¿Y si todo aquello que nos habla de ese origen supuestamente "erróneo" simplemente quisiera referirse al momento en el que comenzó a popularizarse?
Un saludo.
¡Muy buenas!
EliminarPrimero, agradecerte el leer el artículo y tomarte el tiempo de comentar.
Segundo, más que "aumento del auge", creo que es más bien callar el auge anterior. Por ponerte un ejemplo, la Revolución francesa es conocida por ser una revolución contra aquellos que poseían privilegios, sin embargo se suele olvidar que ya se luchaba contra el racismo, que las mujeres, que lucharon junto a los hombres, pedían también derechos.
Que Rousseau, uno de los grandes ilustrados, en su famoso libro del Emilio hablaba de que la mujer tenía que quedarse en casa, mientras los hombres se dedicaban a los asuntos políticos.
Contar todas estas cosas, contra las que las mujeres luchaban a través de actos, libros y otros movimientos, significaría perder uno de los pilares fundamentales con los que se cimienta la Europa contemporánea.
De igual modo que, cuando se luchaba contra la esclavitud, las feministas de la época se unieron a estas luchas, y una vez se consiguió la abolición de ésta, la mayoría de los hombres que luchaban, dejaron a las feministas solas.
Conviene situar el movimiento feminista independiente de cualquier otro, para evitar ensombrecer otros movimientos.
Creo que te he dado mucho la chapa...
¡Un saludo y nos leemos!